Este es el santuario
desde el que miro al cielo.
Al igual que yo,
está diseñada especialmente para albergar
en su interior cantidades ilimitadas
de noche, verano y vino.
También al igual que yo,
sabrá resistir todo tipo de humos y soledades.
Esta es mi casa, este es
el cuarto en el que duermo solo
cada noche.
Pero esta es mi casa, he dicho,
y esta es la casa de todo el que me quiera ver.
Me preocupo de cuidar bien a mis invitados:
siempre encuentran algo que beber
y el extraño consuelo que da
contemplar a un hombre desconsolado.
Esta es mi casa en llamas,
los escombros de lo que fui,
mi cuarto de alquiler.
Quise que fuera un templo
para todo el que llegara de lejos.
Ahora lo comprenderás todo:
esta es mi casa,
este soy yo.
Aquí yace mi tiempo.